Ventajas de utilizar baterías de gel

La característica diferenciadora principal de las baterías de gel es que el electrolito está inmerso no en un líquido, sino en una sustancia espesa, el gel, que además lo mantiene inmovilizado. El estado gelificado del medio minimiza al máximo posible la evaporación del electrolito, lo cual se traduce en una aumento de la vida útil de la batería en comparación a otras tecnologías de acumulación de energía eléctrica. Incluso cuando esta evaporación existe, las baterías de gel, al estar completamente selladas, re-dirigen el flujo hacia la cámara de reacción.

Por otra parte, como ya hemos mencionado, las baterías de gel están completamente selladas. Esto afecta al mantenimiento de forma directa, mientras que las baterías de ácido y plomo necesitan ser inspeccionadas para comprobar si el nivel de agua se mantiene en un punto aceptable, las de gel no requieren esta comprobación. Las pérdidas reducidas en forma de gases también disminuyen la oxidación y la corrosión en los bornes, y consecuentemente limitan la cantidad de tiempo que se debe dedicar a su mantenimiento.

Las baterías de gel  al no disponer de medios líquidos y ser estancas, permiten su colocación tanto en posición vertical, como horizontal, como cualquier otra que podamos desear (incluso invertida), brindando una versatilidad muy superior que creemos es digna de mención.

Por último, pero no por ello menos importante, una de las características funcionales que hacen de las baterías de gel una mejor opción frente a las baterías de ácido y plomo es la profundidad a la que el ciclo de cargas y descargas es eficiente. En el caso de la batería de gel, este ciclo es muy profundo, siendo recomendable incluso no conectar la batería a la red para su recarga si aún le queda más de la mitad de su capacidad por consumir. Este aspecto, que las acerca a las baterías de litio ión (mucho más caras) permite su uso con buenos resultados en dispositivos electrónicos con potencia superior a la normal (sillas eléctricas, servidores,...) y también en otras aplicaciones que puedan requerir resistencia a altas temperaturas, o a vibraciones y choques, situaciones en las que las baterías protagonistas de este post llevan las de ganar.